Jarabe de cebolla para la tos

La humilde cebolla es la protagonista de este eficacísimo jarabe para la tos.
Os puedo asegurar que funciona de verdad, y los catarros se van en dos días.
Entre las múltiples propiedades que tiene la cebolla (que no deberia faltar nunca en nuestras cocinas), voy a destacar la de expectorante, que está íntimamente ligada al aceite esencial que posee, y que es el responsable de hacernos llorar al cortarlas. Si quereis ampliar información sobre las propiedades, aqui teneis un enlace muy interesante.
PROPIEDADES DE LA CEBOLLA
Yo voy a describir mi proceso de obtención de este jarabe.
Necesitaremos:
Una cebolla
Un limón
Azúcar

Yo trituro la cebolla junto con el azúcar, de forma que queda una pasta como ésta:
Está marrón porque he utilizado azúcar moreno, pero también podeis utilizar azúcar blanco.
Esta pasta la pongo encima de la mesilla durante la noche, de forma que pueda ir respirando los vapores que va soltando la cebolla.
Os aseguro que no toses en toda la noche...

Por la mañana, la cebolla ha soltado todo su líquido, y se ha mezclado con el azúcar. Entonces, se cuela con un colador fino, exprimiendo el jugo al máximo.
Después, le añado el zumo de un limón, también al colador, para que no pase ningun trocito de pulpa.

Al añadirle el limón, la cebolla roja tomará un color rosita muy bonito. Mirad como queda:

El jarabe me lo voy tomando a lo largo del día siguiente, y por la noche vuelvo a hacer otra cebolla. Así hasta curarme completamente. Con este jarabe, el costipado no suele durar más de dos dias. A lo sumo, tres.

Si no teneis cebollas rojas también se puede hacer con cebolla blanca, y el jarabe quedará translúcido si usais azúcar blanca, o marrón si usais azúcar moreno.
En cualquier caso, la combinación de la inhalación de los vapores de la cebolla durante toda la noche, junto con beberse el jugo en crudo, más la vitamina C que aporta el zumo de limón, dará a tu cuerpo las defensas necesarias para superar el catarro.

Para completar la acción, yo le pongo unas cuantas gotas de aceite esencial de eucalipto a un paquete de pañuelos de papel, y así cada vez que necesito limpiarme la nariz (que será más a menudo porque gracias a la cebolla y su acción expectorante, hará más fluida la mucosidad y saldrá mejor), inevitablemente también aspiro los vapores del EUCALIPTO. Todos sabemos los beneficios de esta planta para las afecciones respiratorias.

Por último, si es imprescindible, podemos completar el tratamiento con un simple paracetamol para el dolor, en las dosis indicadas. Pero vamos, que si no os duele nada, con la cebolla y el eucalipto es suficiente.

Jabón de aguacate

Delicado jabón con aguacate fresco y yogur.

Lleva sólo aceite de oliva, y en la traza medio aguacate (la otra mitad del de la foto), una cucharada de yogur y una cucharadita de alga chlorella para darle ese tono verde aguacate.
La fórmula es la siguiente:
350 gr. de aceite de oliva
100 gr. de agua.
47 gr. de sosa.
En la traza, le puse el zumo de un limón, aprox 50 gramos entre el aguacate y el yogur, y 2 cucharadas de harina de avena.
Para colorearlo, 1 cucharadita de alga chlorella.
Para aromatizarlo, 20 gotas de aceite esencial de ravensana.
Como conservante utilicé una cucharadita de ácido cítrico, que no afectará a la piel debido al alto sobreengrasado de este jabón.
Estoy deseando que pase el mes de curación, para probarlo.

NO RECICLES

Ultimamente se habla mucho de las 3 "R", a saber: Reciclar, Reutilizar, Redudir. 

Siempre nos han dicho que hay que reciclar, pero yo os digo: el objetivo es NO TENER QUE RECICLAR. ¿Cómo? Pues en esas tres "R", hay un orden de prioridades, y creo que la más importante de todas es:

REDUCIR. Reducir la cantidad de plásticos, de envases, de envoltorios. a veces es difícil, todo ya viene envasado, pero aún hay muchas cosas que se pueden comprar a granel. Comprar las legumbres sueltas, la fruta, verdura...Llevar nuestra propia bolsa, a poder ser de tela. 


Luego viene REUTILIZAR. Si no hemos podido evitar comprar envases, algunos los podemos volver a usar, de muchas formas. Los frascos grandes de cristal de los espárragos se pueden usar para guardar los macarrones por ejemplo. Los tarros de crema de manos, sirven para guardar clips o botones, y un frasco vacío de champú lo puedes convertir en un cubilete para los bolis.

Por último, si después de todo esto tenemos envases que no podemos reutilizar, entonces ya sí que los podemos poner a RECICLAR. En internet hay muchas ideas de reciclaje casero, a pequeña escala. 

Pero recuerda, que la cantidad total de plásticos en el mundo precisa de un reciclaje a gran escala. El reciclaje industrial es también un proceso que necesita de energía, agua y otros recursos, y que también contamina, todo para volver a fabricar un nuevo envase que antes o después acabará en la basura, alimentando la nueva Isla de Basura del Pacífico
o la Mancha de Basura del Atlántico

Así que lo mejor de todo sería no necesitar nunca reciclar cosas.
Ya sabes:
REDUCE
REUTILIZA
y si no queda más remedio: RECICLA.

Jabón líquido para lavadora

Con la fórmula clásica del jabón de toda la vida, el de las abuelas:
500 grs. de aceite reciclado,
500 grs. de agua, y
83 grs. de sosa,
hago el jabón base para hacer después el jabón líquido para la lavadora.
Una vez hecho, y endurecido un par de días o tres, lo rallo:

Para hacerlo líquido, yo utilizo estas proporciones:
Por cada 50 gr. de jabón rallado, 500 ml. de agua muy, muy caliente.
Vereis que se pone como gelatina. Lo dejo una noche, que se deshaga bien todo el jabón, y luego le paso la batidora a la máxima velocidad, para que quede una crema. Cuidado que puede salpicar. Yo suelo utilizar una cacerola alta.
Dependiendo de cómo de seco esté el jabón rallado, puede necesitar algo más de líquido, sobre todo después de que se haya enfríado el agua. Si veis que queda demasiado espeso, le echais más agua y lo volveis a batir, hasta que os quede con la consistencia que querais. Esta es la consistencia del mío, espero que se distinga bien en la foto.

Normalmente, suelo hacer unos 150 gr. del rallado, con lo que me sale una cantidad de 1650 gr. de jabón líquido Para guardarlo, estoy utilizando una botella de Ariel, la última que compré hace ya casi un año, y que jamás he vuelto a comprar. ;-)

La cantidad de jabón para cada lavado, depende un poco de cómo esté la ropa de sucia, si se llena o no del todo la lavadora, o si es de color o blanca....

Utilizo un vasito medidor, y normalmente le pongo de 100 a 125 ml. por lavado. Con la ropa oscura uso el jabón sólo.
Para la ropa blanca, además, le añado una cucharada de bicarbonato, que añado directamente al vaso con el jabón.
La colada sale blanca, blanca, blanca.
De verdad os digo que ningún detergente comercial me había dejado los calcetines de deporte de mi hijo tan blancos.

Y otra ventaja más: las prendas blancas de lycra, que sabeis que suelen ponerse grises con los lavados, en realidad no lo hacen por éstos, sino por la acción del detergente comercial, o más bien de los compuestos químicos, tensioactivos y demás porquerías que llevan.
Utilizando mi jabón natural junto con el bicarbonato, os aseguro que la ropa blanca mantiene su blanco mucho más tiempo, además de que se mantiene como nueva durante mucho más tiempo.
Como suavizante utilizo, simplemente, vinagre de vino blanco, con unas gotas de algún aceite esencial. Este último lleva palmarrosa, que me gusta mucho. El vinagre también lo tengo en la última botella de suavizante comercial que compré, que lleva asa y me resulta más cómoda. La cantidad de vinagre que pongo en cada lavado, es la del cajetín de la lavadora.

Esta idea me la dio mi amiga Mª José, quien me enseñó a hacer jabón.
No sabía ella la que iba a liar yo con los jabones..... :D
Podeis visitar su blog Jabón y Compañía, AQUI.

Reciclando guantes de goma

Cuando se os rompan los guantes de goma, no los tireis a la basura, porque aún pueden ser útiles.

Se hacen un rollito, y se cortan tiras de 1/2 cm. aproximadamente. Los dedos de los guantes también se pueden hacer tiras, del mismo modo.

Y, de repente, un guante que ya no servía, tiene ahora muchos usos, porque son GOMAS ELASTICAS, pequeñas y grandes.

 Yo las uso para cerrar las bolsas de la pasta empezadas, o de legumbres, o cualquier otro uso que puedan tener las gomas elásticas. 
Las guardo en un pequeño tupper y las tengo a mano en el cajón.

Es mi pequeña contribución al cuidado del planeta.

Jabón de trocitos

Los trocitos de jabón que van quedando de las pastillas, y que al final resultan muy incómodos de manejar, los voy guardando aparte. 

Cuando ya tengo unos cuantos, hago lo siguiente:

Los corto con un cortapastas de formas pequeñas, y los coloco en un molde. Los que resultan más irregulares, los fundo al baño María, con un poquito de agua para que quede líquido y vierto este jabón derretido sobre los trocitos "bonitos". Como veis, queda ligeramente translúcido, lo que le da a este jabón reciclado un aspecto muy original.

El resultado, evidentemente, no es tan homogéneo como las pastillas del recién hecho, pero a mi me recuerda a las pastillas de jabón de glicerina con trocitos que usabamos en casa cuando era pequeña.

Ahora está un poco blando, pero en una semanita estará más duro, un jabón reciclado listo para ser usado "de nuevo"

Jabon de caléndula y mirra.

Os presento este delicado jabón de caléndula.

El álcali está hecho con infusión de caléndula y tomillo, y en la traza lleva pétalos de caléndula y aceite esencial de mirra, que le da un aroma muy delicado. Los aceites son de hueso de oliva (orujo de oliva) y coco.

Esta ha sido la fórmula, para un jabón de 500 gramos, y como molde he utilizado un bote vacío de ketchut (de Dia). Me gusta como han quedado las pastillas, así redonditas.

 
Como veis, tiene unos valores muy buenos de espuma, limpieza, persistencia y dureza, y destaca en acondicionado, por lo que es un buen jabón para el cuidado de la piel.
Le he pueso 9 gr. de azúcar que, además de proporcionar un poco más de espuma a la fórmula original, (siempre es muy agradable que el jabón haga espuma), proporciona al jabón suavidad, ya que el azúcar es un humectante (crema hidratante) natural que ayuda a la hidratación de la piel. Contiene ácido glicólico, que favorece el rejuvenecimiento de las células de la piel de manera más rápida y eficiente. Este ácido es ampliamente utilizado en cremas anti-envejecimiento y tratamientos para la piel a recuperarse de manchas de sol.
La caléndula

posee mucílagos, antioxidantes y flavonoides que suavizan la piel y cuidan el cutis.Por su contenido en ácido salicílico, es un remedio para pevenir las espinillas y el acné, ya que abre los poros y combate las bacterias dañinas de la piel.

Por último, el tomillo ayuda a combatir el exceso de grasa en el rostro. Si quieres saber más sobre las propiedades del tomillo, puedes mirar aqui.
Esto, añadido a los beneficios de la mirra, que calma la piel y ayuda a relajarla, aportando propiedades antisépticas y antimicrobianas, hace de este jabón un aunténtico tesoro para nuestra piel.